sábado, 24 de mayo de 2014

Patatas en ajopollo (receta asaltada)

Este mes casi no llego al reto del Asaltablogs. Como veréis, casi no tengo tiempo de publicar recetas últimamente, así que no estoy para muchos experimentos. Pero como dice Su de Webos Fritos, como comer hay que comer todos los días, mejor hacerlo bien. Así que me he decidido por una receta fácil, de las que se comen cualquier día. El reto este mes ha ido a parar a Más Dulce que Salado. No os podéis hacer una idea de la cantidad de recetas que tiene, una autentica especialista en dulces. Yo ya era seguidora de su blog y lo conocía. Tenía algunas cosas que me apetecía mucho probar. Pero es que no doy para más, así que me he quedado con unas patatas al ajopollo, que ella dice que es perfecta para los días de frío... ¡¡Jajaja!! Y para casi verano, cuando se tiene poco tiempo y os gusta el cuchareteo. Vamos al lío.




Ingredientes para 2 personas

500 gr de patatas peladas y cascadas
6 almendras
2 dientes de ajo
1 rebanada de pan
1/2 pimiento seco (yo he usado choricero)
2 tomates secos
Agua o caldo, sal, aceite de oliva virgen extra y perejil




En una sartén con un fondo de aceite de oliva virgen extra, rehogad a fuego suave las almendras, los dientes de ajo, la rebanada de pan y los tomates secos.

Cuando empiecen a tomar color, añadid el pimiento seco. Me da la sensación de que si se añaden desde el principio se pueden quemar un poco, así que mejor hacerlo despacito.

Cuando esté todo dorado, lo ponemos en el vaso de la batidora y lo trituramos hasta dejarlo lo más fino posible. Si hace falta, podéis añadir un poco de agua o caldo para que sea más fácil.

En una cacerola se colocan las patatas peladas y cascadas, se cubren de agua o caldo y se les añade la mezcla de la batidora.

Se pone a punto de sal y se dejan hervir a fuego suave hasta que tengan la textura que os guste.

Al servir, espolvoread con perejil. Según comenta Mara, se pueden cascar y cuajar unos huevos sobre las patatas justo antes de servirlas. ¡Debe estar de cine!

Gracias por ese blog tan maravilloso Mara. Prometo volver con más tiempo.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Adobo

Siendo malagueña y encantándome la cocina es casi un pecado que no tenga yo por aquí ninguna receta de pescaíto frito. Y es que no soy muy de frituras, por eso de la dieta perenne, aunque hay por aquí algunos sitios que ponen unas frituras 'que quitan la tapaera der sentío'. Es muy típico en Málaga el adobo, la mayoría de las veces de pintarroja o rosada. En Cádiz es más habitual el de cazón. Pues en este caso yo he usado rape, pero de igual forma se hace con la rosada o el cazón. Mi adobo es muy suave, de pocas horas. Supongo que casi todo el mundo lo hace más intenso y marina el pescado más tiempo, pero a mí me gusta así. Muy fácil y sabroso.



Ingredientes para dos personas

300 gr de pescado limpio de espinas
50 ml de vinagre de Jerez
3 dientes de ajo
1 cucharadita de orégano
1 cucharadita de pimentón dulce
Sal
Harina de freir y aceite de oliva




En un bol colocamos el pescado limpio y troceado en cubos de 3 ó 4 cm, no más grandes. Que resulten trozos del tamaño de un bocado (claro, todo depende de quién dé el bocado, pero bueno, supongo que me entendéis).

Añadimos un poco de sal, el vinagre, los ajos en trozos grandes, el orégano y el pimentón. Lo removemos bien.

Lo cubrimos con papel film y lo dejamos en el frigorífico 2 ó 3 horas.

Cuando lo vamos a servir, escurrimos bien el pescado de la marinada, y lo pasamos por harina de freir. Yo suelo tener cuidado con eso, no uso la misma harina para todo. Me da la sensación de que con la harina de freir queda más crujiente y menos aceitoso.

Ya sólo queda freir en una sartén con abundante aceite muy caliente. Como los trozos son pequeños, es casi vuelta y vuelta, no llega a un minuto.

Escurrir bien sobre papel de cocina, y... ¡eso sí! servir enseguida. Las frituras siempre recién hechas.





domingo, 4 de mayo de 2014

Pasteles de nata portugueses

Esta pasada Semana Santa hemos estado descansando en el sur de Portugal, disfrutando de sus fantásticas playas y paisajes. Y como siempre que viajo intento probar platos nuevos, normalmente siempre vuelvo con una alguna receta nueva en el bolsillo. Bueno, en este caso volvimos también con unos cuantos kilos de naranjas de Silves, y unos cuantos kilos de grasita en la cintura. El caso es que probé unos pasteles, que parece que son típicos de la pastelería 'Belem' de Lisboa , y que sin duda visitaré en cuanto pueda... porque me han encantado. Se llaman pasteles de Belem o pasteles de nata. Y en cuanto he tenido un hueco los he hecho. Y los repetiré muchas veces, porque están buenísimos y son fáciles de hacer. Yo me he basado en la receta de El Comidista, que siempre acierta, aunque he reducido las cantidades.


Ingredientes para 6 pasteles


1 plancha de hojaldre (yo he usado congelado)
35 ml de agua
50 gr de azúcar
Vainilla en polvo o una vaina de vainilla
1 cucharada de Maizena
100 ml de leche
35 ml de nata
2 yemas de huevo




En primer lugar hacemos un almíbar con el agua, el azúcar y la vainilla, cociendo en un cazo hasta que comience a hervir. Lo retiramos del fuego y reservamos.


En un vaso desleimos la cucharada de Maizena con los 20 ml de leche.
En otro cazo, ponemos a calentar 80 ml de leche con la nata. Cuando empiece a hervir, le añadimos la mezcla de Maizena y movemos muy bien con las varillas, para que no se formen grumos al espesar. Retiramos del fuego.

A continuación echamos el almíbar sobre la crema de leche y nata, moviendo muy bien. Y por último, cuando haya perdido un poco de temperatura, añadimos las yemas de huevo y removemos bien todo junto. El resultado no es más que una crema pastelera muy ligerita que espesará al hornearla.

Ya podemos ir calentando el horno a la temperatura máxima.

Estiramos el hojaldre y recortamos los círculos con un cortapastas circular. Con ellos forraremos unas flaneras, que previamente habremos pintado con un poco de mantequilla.

Apretamos la masa de hojaldre contra la flanera para cubrirla bien, y rellenamos con la crema, sin llegar al borde. Al hornearlo subirá bastante y se derramaría.

Ahora sólo queda hornear hasta que el hojaldre esté crujiente, de 10 a 15 minutos, según la potencia de vuestro horno. El mío ha tardado unos 18, pero es que ya está en las últimas.

Están buenísimos todavía tibios... ¡¡voy a por otro!!