miércoles, 21 de noviembre de 2012

Carrillada al vino tinto

La receta de hoy sirve para cualquier día, o para una ocasión especial. Y además en mi caso, incluso me sirvió para los niños, a los que se la serví con un poco de pasta.


Ingredientes 4 personas

500 gr de carrillada de cerdo
Harina para rebozar
4 dientes de ajo
2 cebollas
1 puerro
3 zanahorias
200 ml de vino tinto
400 ml de agua o caldo
50 ml de aceite de oliva virgen
1 ramita de tomillo fresco
1 ramita de romero fresco
Sal y pimienta


Rebozad las carrilladas en harina, y sellad unos minutos en una sartén con el aceite, para que queden doradas. Reservad en una olla.

En la misma sartén sofreid la cebolla picada, el puerro y los dientes de ajo machacados con piel, junto con las zanahorias. Yo las zanahorias las cociné peladas y enteras, para después servirlas como guarnición a la carne. Cuando esté blanda la cebolla, volcad el contenido de la sartén sobre la olla con las carrilladas.

Añadid el vino y el agua o caldo, las ramitas de hierbas y salpimentar, y cocinar en la olla rápida unos 25 minutos a fuego suave.

Pasado este tiempo las carrilladas ya están blanditas, pero para que la salsa quedase más espesa, yo seguí cociendo, esta vez con la olla destapada, otros 25 minutos.

Pasad la salsa por la batidora si os gusta más fina (como es mi caso), y servir las carrilladas sobre unas patatas cocidas con piel y abiertas a lo largo, o con patatas fritas.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Primer cumpleaños de 'Entre cables y sartenes'

El tiempo ha pasado volando, pero ha sido todo un año enredados entre cables y sartenes. ¡Muchos cables y muchas sartenes! Hemos escrito casi 100 recetas. Hemos recibido más de 6500 visitas desde 55 países diferentes, que han visto más de 24000 páginas con nuestras recetas... ¡¡Nuestras recetas de lo que comemos todos lo días!!


Esto se merecía una tarta estupenda, pero como soy humana, el último intento ha ido directamente a la basura, así que nos conformaremos con una maravillosa magdalena.


Gracias a Eu, porque ese entusiasmo que le pones a la vida sólo puede llevar a cosas buenas. Creo que nunca me habría atrevido a esto sin tus ánimos.


Gracias a Joaquín, porque le uso de ratoncillo de Indias... y no siempre con éxito. Aunque tendrás que reconocer que la evolución ha sido favorable desde aquel famoso potaje de cardo que intentaste tragarte... cuando a mí me había resultado imposible. ¡Cómo te gusta contar esa anécdota!


Gracias a todos los que nos leéis habitualmente. Con cada comentario que escribís, o cada vez que me decís 'qué rica aquella receta' conseguís arrancarme sonrisas de auténtica ilusión.


Gracias a los chicos de Karmaleon Camisetas, que han convertido un dibujo hecho sobre un papel malo en un hotel de Tenerife, en nuestros delantales favoritos... (delantales, camisetas, tazas...).


Gracias a todos. Seguiremos otro año más por aquí... ¡aunque espero no engordar tanto como con las primeras 97 recetas!

Ana

sábado, 10 de noviembre de 2012

Potaje de garbanzos

O 'Callos sin callos' en la casa de los Barranco. Seguro que mis cuñadas sonríen cuando lean esto. Resulta que les gusta comer callos sin callos, o sea, sólo los garbanzos. Es decir, todo lo opuesto a los callos madrileños, que no llevan garbanzos. Yo imagino que debe ser algo así. Nunca he probado los de mi suegra... ¡¡Mi cuñada Mariluz nos tiene cohibidos con la comida cardiosaludable!! Mariluz, perdóname... esto lleva chorizo, morcilla y butifarra.


Ingredientes para 2 o 3 personas

1 chorizo ibérico
1 butifarra ibérica (pequeña)
1 trozo de morcilla
1 bote de garbanzos cocidos
1 cebolla
4 cucharadas de tomate triturado
500 ml de agua o caldo
Pimienta y comino en grano
1 cucharadita de pimentón dulce
1 cucharada de harina de maiz
Aceite de oliva virgen


En una sartén sin nada de aceite, tostad un poco los granos de pimienta y de comino, machacadlos en el mortero y reservad.

En esa misma sartén, de nuevo sin añadir grasa alguna, vamos a saltear la butifarra y el chorizo troceados, así como la morcilla. Lo retiramos y reservamos en un plato aparte. De esta forma desechamos gran parte de la grasa.

En una olla con un fondo de aceite, sofreimos a fuego suave la cebolla picada muy fina, unos 5 minutos. Cuando esté transparente, añadid las cucharadas de tomate triturado, y seguid rehogando todo junto otros 5 minutos.

Añadid los garbanzos escurridos, el caldo, las especias tostadas y machadas, el pimentón y los embutidos bien escurridos. Ajustar de sal.

Disolved la harina de maíz en un poco de agua o caldo y volcadlo sobre la olla de garbanzos, removiendo con suavidad. Y cocinad a fuego suave otros 5 minutos, para que espese un poco.

Y ya está: callos sin callos a mi estilo.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Flamenquines estilo Do Gallego

Esta receta se la he copiado a Florencio del bar Casa Do Gallego de la barriada de La Luz, en Málaga. Allí paso mucho tiempo, y no todo el que me gustaría porque siempre se está como en familia.

Salen deliciosos, muy jugosos por dentro y no hartan tanto como los congelados. Y por supuesto, están muchísimo más buenos.

Ingredientes :

250gr de carne picada (ternera, pollo, cerdo)
Jamón cocido en lonchas
Queso en lonchas (yo he usado semicurado)
2 dientes de ajo
3 Huevos
Pan rallado (con perejil)
Aceite
Pimienta
Sal

Las cantidades pueden cambiar dependiendo de cuántos flamenquines vayamos a hacer .

En una sartén ponemos un poco de aceite y la carne picada (yo he usado de ternera) y la vamos haciendo poco a poco, junto con los 2 ajitos muy picados, una pizca de pimienta y sal. Cuando esté a punto de quedar doradita la retiramos del fuego y en el mismo recipiente le agregamos 2 huevos y los mezclamos con la carne, para que ésta quede más sueltecita. Esperamos que se enfrie un poquito la carne para poder trabajarla bien.

En un plato ponemos pan rallado y en otro plato preparamos un huevo batido para ir haciendo los flamenquines.

Pasamos una a una las lonchas de jamón cocido por el huevo batido, le ponemos encima una loncha de queso y le metemos un poco de relleno de carne, hacemos un cilindro, lo apretamos bien, y lo pasamos por el pan rallado. Reservamos en un plato. Esta operación hay que repetirla hasta que nos hartemos de hacer flamenquines. Una vez puestos,  podemos hacer bastantes y dejarlos congelados para otros días que nos apetezcan.

Luego los tenemos que freir en abundante aceite. Mejor que se vayan friendo poco a poco, para que no se queme mucho el pan rallado y queden doraditos y apetecibles.

Yo les he hecho una salsita de tomate con orégano y cayena para darle un poquito de alegría !!!

A COMER !!!